"Make'em laugh, make'em cry, but over all... make'em wait"
(C. Dickens)

viernes, 16 de julio de 2010

Write, write

Un silencio sepulcral reinaba en la sala, sólo interrumpido por el sonido de algunas páginas siendo hojeadas con tranquilidad. Tranquilidad para todos excepto ella, que le habría resultado infinitamente más fácil cruzar el Atlántico a nado que concentrarse en sus apuntes. Pensaba en todo y nada al mismo tiempo, y el ser consciente de esa contrariedad la confundía aún más. Ella no quería estudiar aquello. Marx y su interesante teoría del materialismo histórico. Porque en realidad le resultaba curioso e interesante, pero no le apetecía ni saber de Marx en esos momentos, ni pensar en nada que tuviera la más mínima coherencia. Pese a que en aquellos momentos su cabeza no lo procesaba como era debido, en realidad su vida no estaba en Marx, ni en los comentarios de texto, ni en el arte barroco o gótico. Estaba en la escritura. En plasmar todas y cada una de las palabras que aparecían en su mente (o tal vez reflejar lo que llegaba directamente en su corazón), casi como enormes carteles luminosos, en un pedazo de papel. Eso era lo que realmente la llenaba de felicidad, porque en el fondo sabía que era lo que de verdad amaba.

Y de repente aborreció su vaguedad y desánimo, y todas aquellas cosas que a menudo la distanciaban de la creatividad y la inspiración. Mas no era así en aquel momento, y aprovechó para pasar las páginas de su libreta y cambiar por completo el sentido de las palabras que hasta el momento había escrito en ella. Nada de Marx, nada de los movimientos artísticos del siglo XVI… ¿O era el XVII? No importaba. No en ese momento. Sujetó con firmeza el bolígrafo y, con una sonrisa en sus finos labios, comenzó a plasmar todos sus pensamientos. Al estilo de Joyce, natural, espontáneo. Efímero. Y sonreía cada vez más. Una chica se aclaraba la garganta mientras alguien murmuraba algo al compañero de su lado. Todo nimiedades. Aunque tal vez estuviera preguntando algo que conseguiría obtener un aprobado en septiembre, que era lo que ella también necesitaba. Pero no en ese momento. No conseguiría retener nada en su memoria.

Además, ¿qué importancia tenía si ella sólo deseaba dedicarse a la escritura?

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