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1)
Sentada frente a ti como antaño. Tú sonriendo con fingida indiferencia. Yo mordiéndome la lengua para no hablar más de lo necesario. Un resplandor en tus ojos, y una perla rodando por tu mejilla vocifera en silencio tus más oscuras pasiones. Me amaste. Y lo sabes. Nunca pronunciaste una sola palabra… Pero sabes bien que me amaste. Cobarde, cobarde, cobarde. Cobardes. Tú y yo.
2)
Hoy, tras treinta largos años de viajes, distancia, vivencias, descubrimientos, de amores y desamores, lágrimas de felicidad y agonía, desesperación. Años de vagar sin rumbo, construyendo mi presente y mi futuro, y fingiendo que el pasado fue sólo un sueño. Años de crecer, madurar, de sentirme viva y sonreír por ello. Hoy, tras treinta largos años, te he vuelto a ver. Y mi corazón se ha detenido. Hoy, he vuelto a oír tu voz. Y mi alma se ha roto en mil pedazos.
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